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Contrato de la relación

Actualizado: 30 mar 2021

⚠️DISCLAIMER: Este artículo y el vídeo explicativo son igual de válidos para parejas o sistemas relacionales de más de 2 personas. Se usa el término “pareja” por estar más generalizado y ser más habitual en el lenguaje cotidiano.



¿De qué hablamos cuando hablamos de contrato?

El concepto de “contrato de pareja” puede asustar o producir rechazo a muchas personas. Es algo que de buenas a primeras se presenta como absurdo, una exageración o algo tremendamente serio e innecesario.


Pero la verdad es que el contrato de pareja no es solo un recurso muy útil y utilizado en terapia, si no que todas las parejas o relaciones tienen uno, por muy implícito que sea. ¿Quién no tiene una serie de expectativas respecto a su pareja? o sabe perfectamente que cosas hacer o decir cuando queremos que nuestra pareja se sienta bien (o tocarle las teclas). En el fondo todos tenemos unos pactos en nuestra relación, aunque no seamos conscientes de ello.


El problema de que este pacto sea implícito es que la falta de comunicación puede dar lugar a muchos desencuentros y discusiones, y generar mucha frustración y rabia contra la otra persona. Y esto sucede de forma muy habitual en aquellas relaciones percibidas como “normativas” ya que la cantidad de cosas que suelen asumirse como ciertas o generalizadas.


Pongamos un ejemplo sencillo usando una metáfora. Si yo te propongo adoptar como mascota un animal exótico, pongamos, un dragón de Komodo, ¿Cuál sería una de las primeras cosas que harías? Probablemente buscar información sobre este animal, si es o no legal tenerlo como mascota (que no lo es, no lo hagáis), qué alimentación tiene y en general qué tipos de cuidado necesita. En esta hipotético caso, podríamos tomar una decisión informada sobre si podemos o no adoptar el animal, que cambios habría que hacer en nuestra vida etc


Si por contra, la propuesta es adoptar un perro, habrá quien realice una búsqueda exhaustiva y habrá quien no, porque claramente “todo el mundo sabe lo que implica tener un perro”. Pero, ¿lo sabes realmente? Pregúntate: ¿has tenido perro alguna vez? ¿es lo mismo tener un perro pequeño que uno grande? ¿todos los perros tienen el mismo carácter? ¿es lo mismo convivir con un perro cuando sois 4 a repartir la faena que siendo solo 2? ¿has vivido lo que es tener un perro con alguna enfermedad o lesión?


Cada mascota es única y diferente y lo mismo pasa con las relaciones. No hay una forma correcta de tener una relación de pareja, una fórmula única y universal que hará que las cosas funcionen bien siempre, desde el primer momento hasta que la muerte os separe. El único recurso “mágico” es la comunicación y la negociación.


Sentarnos a hablar sobre nuestro “contrato” es en realidad una forma de poner las cartas sobre la mesa con nuestra pareja, de lo que queremos dar y recibir de esa relación, de las expectativas y planes de futuro que tenemos, de las “normas” que podamos tener etc



Características de un buen contrato

Cuando hablamos de contrato de pareja no nos referimos a ir ante notario con un contrato prematrimonial de 300 páginas, sino a sentarnos a hablar, compartir nuestras expectativas y sentimientos y buscar la mejor manera de trabajar en equipo. Por supuesto, no es una obligación, pero es una herramienta valiosa que os ayudará a mejorar vuestra relación.


El contrato de pareja o pacto de la relación por tanto, “debe”:

  • Ser acordado por todas las partes implicadas.

  • Estar basado en el respeto mutuo y en las ganas de que la relación funcione.

  • Ser explícito y usar significados compartidos.

  • Estar sujeto a revisiones y modificaciones conforme la vida y las circunstancias cambien.


Sin embargo, no es necesario que…

  • Este escrito y/o firmado de forma literal en un papel.

  • Se revise cada día, aunque puede ser útil pactar una periodicidad para hacerlo.




¿Qué apartados deberían aparecer?

De nuevo cada pareja es un mundo y todas las relaciones son diferentes igual que las personas que las conforman. En este artículo os dejaré una serie de puntos básicos que deberían aparecer en todas las relaciones, así cómo unas categorías amplias que luego podéis personalizar.

Puntos básicos

Si os pregunto en que se basan para vosotras las relaciones de pareja, muy probablemente me respondáis cosas muy similares: respeto, intimidad, confianza, cariño.


Pero tal y cómo hemos visto con el ejemplo tonto de las mascotas, cada persona puede tener una idea muy diferente de lo que implica o comporta cada uno de sus términos. Un primer paso para elaborar un buen contrato por tanto, es ponerse de acuerdo en que implican cada una de estas cosas.


Tener una conversación abstracta sobre estos temas puede ser complicado, así que os propongo las siguientes preguntas para que reflexiones y a través de ellas intentéis darle forma a vuestras definiciones. Más adelante, hablaremos en profundidad de estos temas en próximos artículos o vídeos.

  • ¿Qué tipo de novia quiero ser?

  • ¿Qué tipo de novia quiero tener?

  • ¿Cómo expreso yo el amor a mi pareja?

  • ¿Cómo espero recibir el amor?

  • ¿Qué características tiene para mí una cita ideal?

  • ¿Cómo es el buen sexo para mí?

  • ¿Cómo defino el tiempo de calidad?

  • ¿Qué cuidados son básicos para mi en una relación de pareja?


Es, en resumen, poneros de acuerdo con las expectativas que tenéis para el día a día y poner de acuerdo vuestros mínimos.


Más allá de estos puntos básicos, existen una serie de categorías que para algunas relaciones tendrán sistemas y para otras no. Igual que en el apartado anterior os dejo una serie de preguntas y reflexiones, si queréis ver el tema desarrollado con más profundidad, podéis pasaros por el vídeo! A saber…



Sistema relacional

  • ¿Qué etiqueta, si es que queréis tener, le ponéis a vuestra relación?

  • ¿Cuántas personas conforman vuestro sistema relacional?

    • Si tenéis una relación monógama, ¿ha sido algo pactado y reflexionado o lo escogisteis como opción predeterminada? ¿Qué entendemos por monogamia? ¿excluye también la posibilidad de tener sexo grupal o intercambios?

    • Si tenéis una relación abierta en términos sexuales, hay que definir: cómo comunicamos las intenciones y las acciones, si hay personas que están fuera de límites, cómo funcionaremos a nivel logístico, cómo gestionaremos los celos si aparecen...

    • Si tenéis relaciones sentimentales con más de una persona (poliamor), puede ser práctico tener diferentes pactos o contratos para cada una de ellas.

    • La comunicación entre los meta-amores* también es súper importante: ¿Queréis que exista una relación? ¿En qué términos?

* Meta amor: La pareja de nuestra pareja, con la que no tenemos una relación sentimental.


Sexualidad

El primer paso es preguntaros: ¿forma parte la sexualidad de nuestra pareja? No todos los sistemas relacionales tienen porque tener sexo o no tienes porque tener sexo con todas tus parejas. La asexualidad existe y es una orientación sexual totalmente válida y lícita.


Si el sexo SI forma parte de vuestra relación….

  • ¿Qué tipo de prácticas os apetecen realizar a todas? ¿Hay alguna que esté totalmente fuera de las opciones?

  • En caso de que necesitéis medidas anticonceptivas ¿Cuáles son? ¿Cómo nos responsabilizamos todas de ellas?

  • ¿Qué medidas tomamos contra las ETS? ¿Cómo nos responsabilizamos cada una de nuestra salud sexual?

  • ¿Qué tiempo le dedicamos a cultivar nuestra intimidad como pareja?



Salud

“En la salud y en la enfermedad” es una frase que resuena siempre en las escenas de las bodas de películas y series. ¿Qué implica eso para vuestra pareja?

  • ¿Qué tipo de cuidados son necesarios de forma habitual para los miembros de vuestro sistema? ¿Quién los proporciona?

  • ¿Consumimos drogas en pareja o de forma individual? ¿Existen límites en cuanto a sustancias? ¿Con qué espacios o tiempo de consumo nos sentimos todas cómodas?

  • ¿Qué pasa cuando hay una enfermedad o cambio en nuestro estado de salud que afecta a la dinámica de pareja? Probablemente sea hora de revisar el contrato, pero aún así podéis tener ciertas cosas “previstas”: ¿Qué pasa si quien tiene carnet se lesiona? ¿Quién se queda con las niñas si ambas nos enfermamos? ¿Qué sucede si una de nosotras tiene que ponerse en cuarentena?

  • ¿Qué tipo de información compartimos con las otras miembros del sistema? ¿Cómo comunicamos si hay un problema de salud grave? Puede ser una conversación delicada pero hay gente que prefiere no saber y otras que prefieren no compartir para no preocupar (en general, llevar el peso en solitario de una enfermedad grave no es recomendable por el estrés que pueda generar a nivel emocional, pero no deja de ser una decisión individual).

  • ¿Tenemos un testamento vital? ¿Cuáles son nuestras últimas voluntades?



Familia de origen

Uno de los elementos más estresantes para una pareja puede ser las relaciones con las respectivas familias de origen, y eventos como cenas de navidad o cumpleaños pueden conllevar a muchas discusiones. Por eso es útil plantearse:

  • ¿Qué relación queremos que nuestras parejas tengan con nuestra familia de origen? ¿Con qué frecuencia?

  • ¿Qué sucede cuando hay discusiones o desavenencias entre miembros de nuestra familia? ¿Y entre miembros de la familia y nuestra pareja? ¿Y entre nosotras y miembros de su familia?

  • ¿Cómo organizamos las fechas señaladas? ¿Participamos ambas en los regalos?

  • ¿Nos sentimos todas cómodas si nuestros familiares (o algunas de ellas) tienen las llaves de nuestra casa? ¿Nos cuidan a los niñas/mascotas?

  • ¿Nos sentimos cómodas con que la familia de origen de nuestra pareja sepa detalles de mi vida personal? de trabajo, salud etc

Planes de futuro

Las parejas se conocen, se formalizan como pareja, se van a vivir juntas, se casan y tienen hijos. ¿no? Claramente es el proyecto vital de todas las personas. Pero la verdad es que las parejas o sistemas relacionales no tienen porque….

  • Convivir juntas o vivir juntas (ni si quiera porque verse a menudo).

  • Tener una hipoteca compartida.

  • Tener hijas.

  • Vivir en el mismo país.

  • Casarse o “formalizar” legalmente su relación.

  • Hacer cualquier cosa que una pareja “deba hacer” según el código legal de las películas de Disney o Hollywood.

Esto no significa que los elementos de la lista no puedan formar parte de tu relación o que quieras que formen parte. Pero igual que con la monogamia, existen múltiples formas de tener una relación, todas igual de válidas y “serias” siempre y cuando sean pactadas y consensuadas por todas las personas implicadas.


Crianza

Si decidís tener hijas, esto va a conllevar un sinfín de conversaciones, negociaciones y decisiones a tomar. Podemos hablar de ello extensamente en otra ocasión, pero algunos puntos generales a reflexionar podrían ser:

  • ¿Queremos adoptar o tener hijas biológicas?

  • ¿Queremos tener más de una hija?

  • Si somos practicantes de alguna religión ¿queremos iniciar a nuestras hijas en ella?

  • ¿Qué tipo de escuela nos gustaría?

  • ¿Queremos apuntarla a alguna actividad extraescolar? ¿De pequeña o que lo decida ella en un futuro?

  • ¿Cómo nos organizaremos para cuidarla? ¿Alguna pedirá una reducción de horario? ¿Contamos con apoyo de terceras personas?

  • ¿Qué podemos hacer frente a una posible discapacidad o enfermedad grave?


Pero lo más importante de todo, en mi humilde opinión

pasa por:

  • ¿Cuál es nuestro plan respecto a los cuidados?

  • ¿Qué tipo de valores queremos inculcarles?


Si NO queremos tener descendencia, ¿Qué haremos ante

un posible embarazo no deseo?



Economía

Si convivís juntas o tenéis personas a vuestro cargo, si o si vais a tener que hablar de dinero. Sobre cómo hacéis la distribución de los gastos, si los contratos, préstamos, seguros etc que contratéis están a nombre de ambas o solamente de una, el número de cuentas bancarias etc


Si existe un negocio en común, tenéis que tener una conversación muy seria no solamente sobre temas económicos sino también poder delimitar muy bien cuales son las obligaciones de cada una en la empresa (si es vuestra) y qué espacios queréis pactar para hablar sobre el trabajo y en cuales será un tema tabú. Tener una conversación sobre que pasará si la empresa no funciona o si existen discusiones por temas laborales, puede ser interesante.


Ocio

Tener aficiones en común es tan importante como disfrutar de tiempo en solitario (o separado de la pareja, aunque acompañado de otras personas). El equilibrio entre el ocio que tengáis en conjunto o cada una por su cuenta es algo a debatir:

  • ¿Qué actividades nos gusta hacer juntas?

  • ¿Qué aficiones de la otra persona estoy dispuesta a compartir?

  • Aunque no me guste una afición de mi pareja p.e. algún deporte, ¿estoy dispuesta a hacer concesiones? p.e. ver partidos importantes o apuntarte ocasionalmente a algún partido de pachangueo con colegas en común.



Por otro lado, he oído hablar mucho del concepto “family points” una especie de sistema de pago dónde por cada x tiempo invertido en tu hobby debes pasar X tiempo con tu familia. El enfoque suele ser negativo, asumiendo que las aficiones o el tiempo de ocio no familiar carecen de importancia y son un capricho. Sin embargo, es cierto que existen ciertas obligaciones y es necesario buscar un equilibrio de tiempo entre las cargas del hogar, los deberes familiares y el trabajo, con nuestros momentos de ocio. De

esta forma evitaremos que algunos de los miembros de la

pareja se sientan sobrecargados.



Líneas rojas

Ahora que tenemos claro lo que queremos…. ¿Qué NO estamos dispuestos a tolerar? ¿Que es innegociable?




Si tienes dudas sobre alguno de las categorías o preguntas, puedes dejarla en comentarios! Te invito también a que te pases por el vídeo explicativo y puedas ver ahí el tema más desarrollado 🤗


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