O – de Órganos: Tendemos a centrarnos en los genitales (especialmente en el clítoris y el pene) para estimular y disfrutar del sexo, pero el orgasmo involucra todo el cuerpo! La piel que nos transmite el tacto, la nariz que percibe el olor y las feromonas que nos excitan, los músculos del suelo pélvico que se contraen con las convulsiones del orgasmo, las glándulas que segregan ese maravilloso cocktail hormonal… mima cada una de las partes y ten un orgasmo ¡toda tú!

Para un extra de diversión…
Podéis jugar con las manos o podéis probar diferentes juguetes: una pluma, un juguete masajeador, unos guantes de encaje o rejilla…

R de recrearse: Quien acuñó la frase “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”, claramente no se estaba refiriendo al sexo. Una causa habitual cuando hay dificultades para conseguir el orgasmo es no respetar los propios tempos: Cada persona tiene un ritmo propio y particular y lo sano es escucharse y seguirlo. el sexo no es un sprint hasta poder llegar al orgasmo, si no un camino placentero y maravilloso a disfrutar de principio a fin.

Disfruta sin obsesionarte y tómate tu tiempo: no estás “tardando demasiado”, estás gozando de cada segundo.

G de Gustos: Cada persona tiene unas preferencias diferentes respecto al sexo, no sólo sobre cómo le gusta masturbarse, también sobre aquello que le excita o le ayuda a dejarse llevar. Plantéate las siguientes preguntas: ¿Qué me enciende y me pone en el mood? ¿Qué me da placer y me ayuda a disfrutar del camino? ¿Qué me lleva al borde del clímax y me da el último empujoncito para tener un orgasmo? Te invito a probar: puede ser una frase o caricia romántica de nuestra pareja(s), un mordisco en la oreja, un azote, un comentario morboso… olvídate de los prejuicios y la sexualidad mainstream y ten el sexo que tú quieres tener.

A de (estado) Anímico: La sexualidad está sumamente ligada a las emociones: si tenemos un mal día, si estamos relajados, si hemos discutido antes con alguien… va a influir en cómo vivimos la sexualidad. El cuerpo no miente y cuando nos desnudamos para tener relaciones, no solo lo hacemos quitándonos la ropa si no también nuestros “escudos”, conectado de forma más directa con nuestras emociones.

Se puede tener sexo estando enfadados, tristes, frustrados, vergonzosos… pero la experiencia será más fluida y agradable y llegaremos más fácilmente al orgasmos si iniciamos la relación sexual desde otro tipo de emociones como la tranquilidad, el amor o la curiosidad.

Una buena gestión emocional te ayudará a reconocer y regular tus emociones correctamente y te permitirá disfrutar de tu sexualidad al máximo.

S de sinceridad: La comunicación es clave en cualquier interacción sexual: Si algo te encanta, que se note! Si algo te disgusta, dilo sin miedo; si te apetece probar algo, proponlo. No tengas miedo a ser tú misma y a expresar lo que sientes. A veces por vergüenza, por miedo a cómo reaccionará la otra persona o por inseguridades nuestras, no acabamos de expresar nuestros deseos y nos callamos o, peor aún, fingimos algo que no sentimos. La visión que se nos da de la sexualidad, de lo que se considera sexy o de las prácticas que son apropiadas, es muy limitada y deja fuera un gran abanico; sin embargo todo el mundo tiene sus fetiches y sus preferencias y es probable que en cuanto te sientes a hablar con tus parejas, descubras que también tienen “deseos ocultos”. Por tanto: sé sincera, ¿de qué sirve saber lo que te gusta si luego no lo comunicas? ¡ Desarrolla tu asertividad sexual!

Un consejo
Si aún no estás segura de cómo puedes encarar la conversación para sacar el tema de lo que te gustaría probar, prueba a utilizar alguno de los siguientes juegos: Dados de posturas o juegos sexuales, un juego de cartas subido de tono, un talonario de experiencias picantes… son una muy buena opción para romper el hielo y empezar a hablar.

M de Mente: El cerebro es, realmente, el principal órgano sexual.

Es él quien da la orden de excitarse, quien nos lleva a explorar una u otra postura, quien da la señal para que se desencadene el orgasmo… pero también es quien más nos puede “cortar el rollo”. ¿verdad que no puedes hacer bien un problema de matemáticas si no dejas de pensar en la peli de ayer? pues en el sexo sucede lo mismo.

Una de las principales dificultades de las mujeres para llegar al orgasmo es el dejarse llevar por pensamientos que las sacan del estado de excitación adecuado. Intentar dejar de pensar en X no funciona, sólo conseguimos darle más vueltas a esa idea. ¿Cómo podemos entonces conseguir centrarnos en el sexo y alejar los pensamientos ajenos e improductivos? A través de las fantasías sexuales, el dirty talking (o decirnos guarrerías) o bien técnicas de mindfulness. En el próximo artículo, os cuento más!

O de Originalidad: ¡Cambiemos las normas! Cuando encontramos una combinación que nos funciona y que nos permite llegar fácilmente al orgasmo, solemos “casarnos” con ella, cómo cuando encontramos un buen juguete: de hecho, muchas sexólogas desaconsejamos el uso habitual de los succionadores por ese motivo, siendo mejor un uso puntual y intercalado con otro tipo de juguetes o estimulaciones.

Sin embargo, por muy práctico que sea conocer cuál es nuestro combo ganador, es interesante ir probando cosas nuevas y abriendo nuestro repertorio, pues a veces el cuerpo se acostumbra a tener un orgasmo (solo) con determinados elementos y eso nos complica el poder disfrutar del amplio abanico de opciones que hay para obtener placer, además, la rutina no es amiga del deseo. Juega y prueba sin miedo que, como reza el dicho, todos los caminos llevan a Roma.

¿Te apetece trabajar en tu sexualidad? ¿Tienes problemas para llegar al orgasmo? ¿Te gustaría que una profesional te acompañara en el proceso de descubrirte y conseguir tener tu mejor sexo? Puedes escribirme al 656 664 230.